Los de afuera no son de palo, pero…La decisión siempre es mía

12/11/2017

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-La casa me gusta, y la quiero reservar .. pero…¿Podremos coordinar para que venga mi mamá/papá y mi hermana/o a verla por favor?- Expresa la potencial compradora con algo de indecisión.

Variantes más o variantes menos- puede cambiar en algunos casos mamá por suegra, hermana por cuñada- pero casi sin duda alguna, esta es una de las frases que más se escuchan al momento de definir la compra.

Y sin bien está perfecto querer sentirse acompañado y solicitar consejo de quiénes tienen más experiencia que nosotros, no tenemos que olvidar que somos nosotros quiénes vamos a vivir en ese lugar, y ese es el punto de partida para tomar la decisión.

Y… esto ¿Por qué? Simplemente porque en el consejo siempre está implícita la subjetividad y las necesidades del otro, las cuales son muy valiosas, pero pueden o no coincidir con las mías, y en este último caso me pueden confundir y lo que es peor aún hacerme perder una gran oportunidad, de lo cual luego me puedo arrepentir; porque así sea por haberla comprado, o al contrario, por no haberla comprado por influencia de los demás, esto puede pesarme mucho a la larga.

Comprar una propiedad, en especial si lo hacemos por primera vez, nos moviliza en muchos sentidos, y fundamentalmente a nivel emocional: expectativa, alegría, pero también temor y ansiedad, son algunas de las sensaciones que solemos tener. Para esto la presencia de nuestros seres queridos y amigos nos contiene y alienta, pero no confundamos esto, con darles el poder de tomar la decisión.

Entonces, si bien es hermoso que ellos tengan el solidario gesto de acompañarnos a elegir la vivienda que vamos a comprar y compartir con nosotros sus propias vivencias al respecto, la decisión debemos tomarla primero conectados con nuestro corazón y luego anotando los pro y contras que la casa tiene para nosotros, no para los Otros y sus propias necesidades, sino para nosotros en función de lo que sentimos, deseamos y soñamos.
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